viernes, 18 de junio de 2010

DEMOCRACIA EN COLOMBIA

En un país como Colombia la democracia se enfoca más hacia la participación de una sociedad que busca afanosamente decisiones colectivas y garantías militares que el presidente brinda a todas las regiones pero aún no se ha alcanzado el grado de desarrollo social requerido.

En Colombia, el ordenamiento económico y político está liderado por los estratos sociales altos del país, los cuales a su vez son dueños de medios de comunicación, empresas, supermercados y urbanizaciones, en todo el territorio nacional. Partiendo de esta afirmación, es claro que el sistema político en Colombia no es democrático; es un régimen entre dominadores, que aplastan a los dominados, y los que no se dejan dominar y recurren a las armas en nombre de “la izquierda”.





Si miramos como funciona nuestro país, podríamos decir, que las relaciones existentes entre la sociedad y el Estado poseen grandes y serias falencias. No estamos muy bien informados de cómo funciona nuestro Estado nacional de Derecho y es poco lo que sabemos sobre nuestra constitución.
Es necesario promover de alguna manera la importancia en el conocimiento de nuestra constitución, de cómo está organizada, quienes conforman el estado, el congreso, la cámara y el senado; para que cuando tengamos la oportunidad de elegir nuestros representantes lo hagamos a consciencia y con conocimiento; de tal forma que a su vez ellos, se desempeñen como altos funcionarios y legales representantes de nuestro gobierno.
Por eso es necesario que nuestra sociedad tome consciencia y se organice de tal forma que reconozca la importancia en el ejercicio de ejercer su derecho al voto, para que pueda asumir su responsabilidad y tener derecho de opinión frente a lo que le parece y no le parece de una elección verdaderamente democrática.


Necesitamos personas capaces de ejercer, con honradez y dignidad, funciones de estado que requieren alto desempeño y desarrollo de propuestas reales en beneficio de los ciudadanos, políticas democráticas que permitan a los gobernantes y la sociedad en sí misma, un clima propicio de real participación.

Deben existir medios propicios que motiven e inviten a los ciudadanos a votar y elegir libremente, mecanismos de participación activa y libre, sin exclusiones de ninguna índole. El estado debe garantizar a sus ciudadanos, la justicia y la concertación a través de las vías de la conciliación y la convivencia pacífica, de tal forma que los conflictos sociales pasen a un segundo plano y nuestra sociedad sea más civilizada.


Una sociedad como la nuestra golpeada por tanta injusticia e inequidad, merece gobernantes justos y equitativos, idóneos en el saber, pero humanos en el hacer y el ser. Justicia, igualdad y servicio, elementos esenciales de dichas acciones fundamentales.

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